lunes, 28 de julio de 2008

la mano salvadora

Sí, soy una mentirosa. Hace siglos dije que iba a actualizar con más frecuencia y desde entonces no he vuelto a hacer acto de aparición. No volváis a creerme cuando diga algo parecido, probablemente tampoco sea verdad.

Aunque tengo que decir en mi favor que lo he tenido dificil para actualizar, porque desde hace un tiempo no puedo conectarme a internet desde mi ordenador, lo cual sumado a mi poco tiempo libre habitual y a mi alta dosis de vagancia, explica perfectamente por qué no he dado señales de vida.

Si mi memoria no me falla, la última vez que escribí aún no habia empezado con el campamento urbano, y parece que eso fue hace años... la verdad, aunque no me quejo de lo que hago, es bastante agotador y necesito unas vacaciones casi tanto como... una buena ducha ahora mismo (acabo de llegar a casa después de pasar la mañana bajo el duro sol en el lago del retiro, seguido de una hora de comedor intensa en la que mi piel y ropa entró en contacto repetidas veces con lentejas, lechuga, pescado y carne, para posteriormente experimentar lo que se siente cuando un niño se mea en tu pierna). Pero no sufráis por mí, sólo me queda una semana y finalmente me iré de vacaciones!

Bueno, ¿recordáis aquellos tiempos en los que utilizaba mi blog como era debido y contaba anecdotillas a través de tiras cómicas? Venga, vamos a intentar recuperar esa sana costumbre (aviso: por si lo has olvidado, vuelve a leer la advertencia del primer párrafo de este blog). El otro dia recordé cuando hace un par de meses iba yo caminando con uno de los niños a los que hacía apoyo por las tardes (y que aun en julio sigo haciendo ^^U). Íbamos de camino a casa y con bastante prisa, pero por mucho que tirara de su brazo él prefería ir a su despreocupado paso de tortuga coja. Lo que yo no sabía era que precisamente eso era lo que me iba a salvar instantes después...

En serio: si lo que el pajarraco aquel soltó no tenía el tamaño de una pelota de tenis, me corto una oreja. Fue la cagada de pájaro más enorme y repulsiva que he visto en mi vida, no quiero revolver las tripas de nadie pero os juro que eso tenía hasta lombrices retorciéndose entre la masa blanqui-negra (sí, lo observé detenidamente porque no podía comprender cómo semejante proyectil habia salido del vientre de un ser vivo en ves del OVNI de un marciano) Ese día quise más aun a mi niñito del alma, porque si no hubiese sido por su milagrosa mano tirando de mí, me habría dado de lleno y ya me diréis que iba a hacer yo, a una hora de camino a mi casa, a la casa del niño, sin ropa de cambio, sin cleenex, toallitas, ni nada ni nadie que pudiera salvarme. Bendito niño, desde entonces soy yo la que me adapto a su paso y no al reves, es lo menos que se merece!

Quiero y voy a intentar actualizar otra vez esta semana, pero por si no es asi; felices vacaciones a tooodos! (sobre todo a mi! XD)